“El arte...encierra multitud de ejemplos de profunda fe y devoción...
manifestada en la personal sensibilidad de sus artistas.
Cada pieza de arte, sea religiosa o secular, se trate de un cuadro, una escultura, un poema
o cualquier otra forma de artesanía manual,
es un signo y un símbolo del inescrutable secreto de la existencia humana,
del origen y el destino del hombre, del significado de su vida y su trabajo.
Nos habla del sentido del nacer y del morir, de la grandeza del hombre.
¡Alabado sea Jesucristo!"
San Juan Pablo II, Irlanda 1979




